amiga y aun falta más por saber. Fíjate en esto. Si lo que escribiste te espantaba , esto te pondrá los pelos de punta!!!.
http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=221836
Y por si fuera poco; aqui algo para ponerles a pensar, ca ra jo!!
Resulta difícil explicarle a los corresponsales extranjeros, quienes han escuchado la versión de los voceros del gobierno ("En Venezuela se vive una absoluta libertad de expresión"), el fenómeno que se experimenta en los estadios de la Copa América.
¿A cuál fenómeno me refiero? Al silencio de los locutores de radio y televisión, y los periodistas de la prensa escrita nacional, frente al hecho de millares de fanáticos que gritan consignas como "Libertad’’, "Este gobierno se va a caer, a caer, a caer’’ y "RCTV’’. Ni una palabra, ni una línea, nada.
Estos profesionales de la comunicación local deben suponer que lo que no se dice no existe. Y además que ese ocultamiento de la realidad no tendrá consecuencias. Pero las tiene. Los psicoanalistas lo saben.
Como saben que estas conductas (quedarse callados ante la necesidad de expresión de un grupo social) engendran no sólo rabia sino también un sutil camino hacia otro tipo de realidades, en donde los atropellos, las impunidades y los silencios se superponen y abren las puertas de las grandes tragedias.
Para muestra basta una historia. El cineasta Hu Jie intentó proyectar su documental, Aunque me he ido, en China el año pasado. Exactamente cuando se cumplían cuarenta años del asesinato de la educadora Bian Zhongyun. No tuvo éxito. Ni siquiera porque ese país camina ya por los predios del capitalismo más salvaje. La exhibición fue prohibida y recientemente se supo que en China ni siquiera se puede ver en You Tube.
La historia de Bian Zhongyun registra el punto de inflexión en el que los hechos superan a las palabras dentro de un proceso político donde el fanatismo enloquece a la gente. Ocurrió el 5 de agosto de 1966, mes y año en el que la historia del siglo ** registró la profundización de la Revolución Cultural China.
Bian Zhongyun tenía 50 años en 1966 y no era una contrarevolucionaria, una "apestosa" aristócrata que defendía privilegios en desaparición. Pertenecía al Partido Comunista desde 1941. Ocho años más tarde, cuando los comunistas toman China, fue captada para dar clases en un colegio. Desde entonces ascendió constantemente hasta aceptar el cargo de asistente principal.
El 5 de agosto las relaciones entre Bian Zhongyun y sus alumnos se agriaron definitivamente. Sus estudiantes no eran ciudadanos comunes. La prestigiosa secundaria estaba ubicada muy cerca de las oficinas centrales del partido en Zhongnanhai. Y los jóvenes que asistían a esas aulas habían formado su propia guardia roja para responder al llamado del camarada Mao.
Bian Zhongyun fue golpeada salvajemente en clase con palos que tenían clavos. En cierto momento la maestra no pudo moverse más. Arrojaron su cuerpo sobre una carretilla, la cubrieron con afiches del partido y la abandonaron en la calle. Alguien encontró el cuerpo y lo arrastró hasta un hospital.
Desde allí llamaron a su esposo y a sus hijos.
Nadie pudo explicarles qué había sucedido. Asentaron como causa de muerte la palabra "desconocida". Su esposo no atinó a otra cosa que salir corriendo a comprar una cámara de fotos para registrar el horror que tenía enfrente: las heridas que habían llevado a la muerte a su esposa. En la escuela, como en los medios, hubo silencio absoluto. Nadie asumió responsabilidad alguna, aun cuando entre los estudiantes de Bian Zhongyun se encontraba la hija del líder Deng Xiaoping.
¿Cómo explicar que los asesinos de esta maestra hayan sido alumnos y alumnas de secundaria? La respuesta de dos estudiosos de este período de la historia china, Roderick MacFarquhar y Michael Schoenhals, autores de La última revolución de China, es la siguiente: eran hijos de las familias de la élite del partido comunista. No conocían el mundo de la granja y la fábrica. Aislados, querían ser más revolucionarios que sus propios padres.
Vale la pena referir qué fue lo que ofuscó a estos jóvenes.
Acusaban a Bian Zhongyun de participar en actividades contrarrevolucionarias, de fomentar un golpe militar y de faltarle el respeto a Mao. Esta última acusación surgió en marzo de 1966, cuando la maestra enseñaba cómo actuar en caso de un terremoto.
Una estudiante preguntó si ella optaría por salir corriendo o salvar un cuadro de Mao de una de las paredes del colegio. Bian Zhongyun no logró responder con el entusiasmo esperado. Esa flaqueza de su espíritu fue letal. Lo sufrió ella en carne propia. Lo advirtió su esposo ante el horror de su cadáver. Y lo sabe ahora el cineasta Hu Jie, que sigue sin poder exhibir su documental aunque hayan pasado cuarenta años.
100% MEGARESISTENTE.
FUERA LOS CASTRISTAS,"ROBOLUCIONARIOS" Y EN ESPECIAL EL MICO-MANDADO